Newsletter 1

Entrelíneas N°1

Newsletter al notariado

Un nuevo canal de comunicación con los colegas.  El trasfondo de la actividad institucional en sus múltiples facetas.  Los proyectos en desarrollo. El trabajo en las diferentes áreas del Colegio, en las asesorías, en las comisiones e institutos, que culminan en acciones concretas, en mejoras para el notariado.

Diciembre, 2020

Mensaje del Presidente del Colegio

El mensaje se puede también leer aquí

 

Buenos Aires, diciembre de 2020

Queridos colegas:

Se acerca el cierre del año 2020. Nunca imaginamos vivir una experiencia tan compleja, inesperada y difícil, en todos los órdenes: no hubo arista de nuestra vida cotidiana o institucional, de nuestro trabajo, de los afectos, de la salud, que no se viera afectada o amenazada.

Un año que arrasó con las expectativas y nos obligó a ser humildes y a entender el profundo valor de los gestos más simples y cotidianos–y a veces poco valorados-

como el saludo espontáneo o el abrazo fraterno. Un año que nos enseñó que, ante lo inesperado, no hay recetas y hay que aprender a conducirse en un mar hostil, plagado de incertidumbres.

Hoy, sin embargo, en nombre del Consejo Directivo que presido, quiero rescatar los aspectos positivos que quedaron de este año, lo que tuvimos que aprender, el estímulo de nuestros colegas y también las críticas que nos ayudan a crecer diariamente, el esfuerzo, el trabajo en equipo y todo aquello que fue necesario para poder llevar adelante la marcha de nuestro Colegio.

Quiero celebrar con ustedes la unión del notariado, la solidaridad entre colegas, el cuidado mutuo. Esa fortaleza que a veces no vemos, pero que nos distingue; la solidaridad como principio, no sólo con los nuestros, sino también con la comunidad.

Quiero celebrar el trabajo bien hecho, el diálogo como punto de partida para lograr el respeto profesional y la puesta en valor de nuestra función. Gracias al diálogo fecundo y permanente que mantuvimos desde el inicio de nuestra gestión con el Gobierno Nacional y el de la Ciudad de Buenos Aires, fuimos los únicos profesionales del Derecho considerados esenciales, los únicos que pudimos trabajar durante el Aislamiento, y mantener nuestro Colegio abierto. Y le pusimos el cuerpo, sumando nuestro esfuerzo en situaciones críticas, posicionando nuestra labor, tantas veces relegada.

Quiero celebrar –también- lo que este diálogo abierto permitió conseguir en los ámbitos legislativos, con la sanción de la ley de modificación del régimen de donaciones. Una deuda pendiente, difícil y tantas veces postergada, que peleamos con la palabra y la presencia del Colegio en todos los frentes de batalla: Senadores, Diputados, Poder Ejecutivo Nacional, entidades de bien público y la comunidad.

Quiero celebrar la enorme capacidad de reponernos y ser flexibles a los cambios, buscando alternativas que permitieran –aun de manera remota- ejercer nuestra función durante el aislamiento. Supimos ser creativos y proponer instrumentos jurídicos innovadores, que, sin vulnerar la seguridad jurídica, brindaran soluciones a la gente; adaptamos nuestros sistemas y servicios digitales para poder facilitar las legalizaciones y apostillas; reforzamos la capacitación de los colegas para avanzar en un cambio cultural inexorable que nos posiciona en un presente y nos proyecta hacia un futuro en el que la tecnología será nuestra aliada, porque nos encontrará preparados para ejercer nuestra labor con todos los recursos que exige el mundo actual.

Quiero celebrar, además de estos logros que son visibles, otros que no se ven, pero que son los permiten mantener el engranaje institucional en funcionamiento, el Colegio abierto, la atención garantizada, la consulta respondida. En un año tan difícil, por la profunda crisis económica y laboral, hemos podido reforzar nuestros lazos con los empleados del Colegio, buscando el acuerdo, logrando –incluso- la respuesta abierta y positiva ante el pedido por renunciar a ciertos beneficios, a trabajar en condiciones complejas y difíciles.

Ese diálogo nos ha permitido, también, consensuar el retiro voluntario, buscando el buen resultado para ambas partes. Así, se ha logrado reducir la masa salarial en un 11%, lo que implica claramente, una reducción importantísima de erogaciones.  De esta manera respetuosa y sin violencias, nos encontramos ajustando la realidad de nuestra institución a este presente complejo y poco claro. En particular, quiero hacer un merecido reconocimiento para los asesores, quienes en este contexto tan difícil siguieron brindando un servicio de excelencia, muchas veces sin percibir retribución alguna.

En ese sentido, también celebro la administración controlada y austera, la búsqueda de achicar los gastos, de conseguir mejores servicios, de trabajar arduamente con los organismos vinculados para facilitar nuestra labor, de buscar alternativas que nos permitan proyectarnos hacia el futuro, cuando estamos transitando momentos tan ásperos.

Estamos realizando todo nuestro esfuerzo en ello, a fin de lograr dar solución a problemas históricos que, en estas circunstancias, no admiten más postergaciones. Entendemos que enfrentamos un momento bisagra, en el cual la búsqueda de las soluciones nos impone una interpelación permanente a lo que creemos, por cierto, en una tensión difícil entre lo que queremos creer y la dictadura de la evidencia. Así, se nos impone actuar con inteligencia, coraje y mucha decisión.

Cerramos este año históricamente adverso, el primero de esta gestión, con una agenda muy distinta a la que planeábamos, en un contexto signado por la incertidumbre, en un mundo inédito e impredecible. Aun así, podemos cerrarlo, celebrando logros y proyectándonos a un nuevo año que, esperamos y deseamos sea más bondadoso.

Por ello, brindo con ustedes por el cierre de 2020, un año de mucho trabajo y angustias compartidas, de pérdidas de seres queridos, pero también, un año que supo demostrarnos que somos esenciales y que sabemos enfrentar las adversidades, superarlas y proyectarnos al futuro.

 

Carlos I. Allende
Presidente

Esencialidad

Durante el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, la actividad notarial fue una de las primeras profesiones del Derecho en ser reconocida como esencial. Las gestiones ante el Gobierno Nacional y el de la Ciudad de Buenos Aires fueron clave para ello, en la medida en que nuestra intervención permitió brindar soluciones en momentos críticos para la comunidad. Incluso después de la nueva fase del ASPO, ya en el mes de julio, los escribanos volvimos a tener prioridad en la apertura de las escribanías y de los servicios del Colegio, mucho antes que otras actividades vinculadas.

Este reconocimiento de las instituciones reafirma la actualidad de nuestra función y el valor que tiene nuestra intervención para el Estado en el resguardo de la seguridad jurídica.

El año que se va será un período en el que –pese a todas las complejidades y la crisis que impacta en nuestra actividad– deberemos recordarlo, también, por estos gestos que refutan, en los hechos, la frase fácil con la que muchas veces la prensa o, incluso, algunos funcionarios desvalorizan nuestro rol fundamental para la sociedad y que esta crisis puso en evidencia.

Tecnología

Desde hace más de una década, el Colegio viene trabajando en el cambio cultural necesario –diríamos ineludible– para actualizar los procesos notariales y adecuarlos a las nuevas tecnologías. La pandemia fue un suceso clave para que todos comprendiéramos, en los hechos, que ese cambio ya no es futuro sino una actualidad urgente.

Todo el trabajo realizado sirvió de respaldo para lograr –en pocos meses–instrumentar la digitalización de muchos de los trámites y actos notariales, para salvar las distancias físicas y el aislamiento.

El año 2020 nos mostró la necesidad de generar instrumentos jurídicos seguros, cuyo soporte y materialización sea digital: los certificados remotos fueron un primer paso, una respuesta idónea y eficaz a las demandas urgentes de una sociedad que necesitaba trámites por fuera de la presencialidad. Apostamos por las legalizaciones digitales, que tuvieron un crecimiento exponencial en este año, aportando celeridad a nuestro servicio, sin renunciar a la seguridad jurídica de nuestras herramientas. Brindamos también el trámite de las apostillas y respondimos a los pedidos de la comunidad. Lanzamos la “credencial digital” para que el escribano tenga a mano su identificación profesional. Decidimos profundizar esa seguridad y ahora vamos por la adopción de plataformas seguras que incorporen datos biométricos a nuestros actos.

Conscientes de la necesidad de construir un Colegio que mira hacia las generaciones futuras y avanzar en ese sentido, creamos la Comisión de Innovación, que será un faro para los nuevos desafíos y perspectivas de nuestra profesión.

Austeridad

La crisis económica de nuestro país y el mundo golpeó como nunca nuestros ingresos. En esa coyuntura crítica, replanteamos la administración del Colegio, llevando a cabo una política de austeridad extrema, reduciendo las erogaciones en todo lo que fuera posible, sin renunciar a la calidad del servicio al escribano. Pusimos el foco en garantizar la salud de nuestros colegas, sin por ello dejar de brindar los servicios fundamentales como el asesoramiento, la capacitación y el control de nuestra matrícula.

Se administraron con mayor eficiencia los recursos humanos de nuestra institución. Dentro de los acuerdos conseguidos, destacamos el alcanzado con el sindicato UTEDYC para la suspensión de los aportes previsionales a los empleados, lo que nos permitió un ahorro de más de 100 millones de pesos.

Consensuamos con los empleados la eliminación temporal de otros beneficios que han generado un  importante ahorro en el cúmulo de obligaciones dinerarias que debe atender el Colegio.

Mediante la implementación de una política más clara en materia de recursos humanos hemos evitado recurrir a despidos innecesarios, que, además de encontrarse prohibidos por el Gobierno nacional, históricamente habían finalizado en juicios millonarios contra el Colegio. Es por ello que planificamos una política de retiros voluntarios del personal que nos permitió obtener una reducción del 11% de la masa salarial. Gracias a todas las gestiones pudimos reducir honorarios de prestadores del Colegio y de la Caja, lo que facilitó sortear los meses más duros de la actividad.

Los nuevos tiempos implican una nueva cultura de la administración, basada en el diálogo y en el consenso.

Trabajo con la comunidad

Durante este periodo, el trabajo con la comunidad se profundizó, buscando brindar garantías a los sectores más vulnerables. La pandemia nos acercó a organizaciones que requerían de nuestra función para poder llevar a cabo su labor social, lo que se tradujo en convenios que el Colegio firmó con Unicef y Cruz Roja, que provocaron una mayor sinergia para lograr la aprobación del proyecto de ley de reforma del régimen de donaciones. Trabajamos codo a codo con los Cascos Blancos, entidad que depende de Cancillería y con quien también suscribimos un convenio,  para dar respuesta a las urgencias de personas de riesgo que necesitaron de un escribano, en el marco de la asistencia humanitaria en la pandemia.

Continuamos y reafirmamos el convenio con el IVC y la Ciudad de Buenos Aires para la escrituración social en la regularización de barrios informales. Los escribanos del Colegio estuvimos presentes en más de 200 escrituraciones del barrio Papa Francisco, que permitieron salir del hacinamiento a esas familias, en circunstancias en las que el COVID tornaba aún más crítica la situación de los barrios vulnerables. Y las continuamos a lo largo de todo el año.

Este año cumplimos una década del inicio del Cuidá lo tuyo, nuestro programa de responsabilidad social de orientación a la comunidad. Obligados por el aislamiento, redoblamos la apuesta y brindamos atención remota: telefónica, por videollamadas y por consultas por correo electrónico.

¿Por qué un Newsletter? ¿Cuál es nuestro objetivo? Nuestra presentación aquí.

Una nueva forma de comunicarnos

El cierre de un año complejo permite hacer balances, que abren oportunidades para hacer cambios y mejorar. La comunicación en épocas de aislamiento fue uno de los desafíos más importantes que afrontamos para sobrellevar la distancia física. Sumamos una vía de contacto múltiple –telefónica, WhatsApp, mail- a través de Línea Abierta para la atención personalizada del escribano, recurrimos a las redes sociales como estrategia para poder dialogar de manera directa con ustedes, desarrollamos una nueva web, más operativa para el escribano, pero que, a la vez, permitiera llegar a la comunidad, para difundir nuestra labor esencial y posicionar nuestro rol profesional al servicio de la seguridad jurídica.

A estas alternativas, hoy le agregamos el newsletter Entrelíneas, un nuevo canal de comunicación con los colegas, destinado a hacer conocer el trasfondo de la actividad institucional en sus múltiples facetas. Ya no la noticia urgente, la normativa o información cotidiana que enviamos a través de nuestro mail diario, sino los proyectos en desarrollo, el trabajo fecundo que se lleva a cabo en las diferentes áreas del Colegio, en las asesorías, en las comisiones e institutos, que culminan en acciones concretas, en mejoras para el notariado.

Nos proponemos presentar toda esa información, a través de sus protagonistas: autoridades, colegas, asesores, personal y referentes de organismos vinculados; y con un nuevo formato, más dinámico y directo.

Como siempre, esperamos sus comentarios, opiniones y sugerencias. La comunicación es una herramienta fundamental para el notariado y por eso, seguiremos trabajando para mejorarla.

Bienvenidos a esta nueva etapa.

 

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